Gracias por tus comentarios.
Cancelar
¿Seguro que quieres vaciar tu lista de deseos?
Has añadido este producto a tu lista de deseos
Has añadido este producto a tu lista de deseos
¿Seguro que quieres borrar la lista de comparación?
Solo puedes comparar productos de la misma categoría.
Acabas de añadir un artículo para comparar. ¡Sigue!
El artículo se ha eliminado de la lista de comparación.
La lista de comparación está llena.
Solo hay 1 producto en la lista. Añade más para comparar.
Bonito con sofrito de tomate y jengibre
Bonito con sofrito de tomate y jengibre

lectura de 1 min

Bonito con sofrito de tomate y jengibre

Bonito con sofrito de tomate y jengibre
Bonito con sofrito de tomate y jengibre

Comida

Plato principal

Dificultad

Difícil

Duración

60 min

Ingredientes

  • 2 lomos gruesos de bonito fresco de 600 g
  • 1 trozo pequeño de jengibre fresco
  • 1 cebolleta pequeña
  • 1 diente de ajo
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 pizca de vinagre de Jerez
  • 1 lata de sofrito de tomate de calidad
  • 2 puñados de tomate cereza fresco
  • 1 pizca de perejil
  • Sal y pimienta recién molida

Elaboración

 

Pelar la raíz de jengibre con un cuchillo bien afilado y dejar la pulpa al aire. Apoyarla sobre una tabla y rebanarla en láminas bien delgadas, que cortaremos, a su vez, en finos bastones.

 

Picar la cebolleta y el ajo. Arrimar una cazuela a fuego suave y añadir dos cucharadas de aceite, el jengibre, la cebolleta y el ajo. Sofreír unos 10 minutos, sin que tome color. Pasados, añadir el vinagre y dejar que evapore unos segundos. Si nos gusta el picante, es el momento de añadir una pizca de cayena para darle un tono subido.

 

Lavar los tomates cereza y cortarlos en dos, volcarlos al sofrito y dar unas vueltas, dejar que se estofen suavemente 10 minutos más. Pasado ese tiempo, añadir el sofrito de tomate y dar unas vueltas, salpimentar.

 

Acabado y presentación

 

Los lomos de bonito estarán sin piel ni espinas, esta operación la pueden hacer en la pescadería. Con ayuda de un cuchillo bien afilado, hacer escalopes gruesos, eliminando el máximo posible de magro oscuro si lo hubiera. Esta operación también la pueden hacer en la pescadería si uno no se atreviera a hacerlo en casa.

 

Salpimentar los escalopes de pescado. Alumbrar el fuego vivo y arrimar una sartén antiadherente, rociar con la cucharada restante de aceite de oliva virgen y dorar el pescado por sus dos caras hasta que haga una costra bien tostada, debiendo quedar en su interior bien jugoso y sonrosado. A mi me gusta prácticamente crudo, ya sabéis, variados son los colores, si os diera reparo comerlo así, lo pasáis más y punto.

 

Sobre el sofrito de tomate y jengibre, acomodar los escalopes salteados de bonito, sazonarlos. Espolvorear el perejil picado y servir.

Compartir