Comida
Principal
Dificultad
Media
Duración
45 min
Ingredientes:
- 8 contramuslos de pollo
- 400 gr de colmenillas frescas
- 300 ml de cava
- 3 chalotas medianas
- 500ml de nata
- 3 yemas de huevo
- Aceite de oliva virgen extra
- 1 nuez de mantequilla
- sal y pimienta
Elaboración
- Limpia bien los trozos de pollo, salpimiéntalos y guárdalos en el frigorífico el día anterior. De este modo, la sal tendrá tiempo de penetrar en la carne, lo que ayudará a que se mantenga mucho más jugosa durante la cocción.
- Limpia también las morillas con un cepillo o algo similar. Evita lavarlas con agua, ya que absorberán humedad y, al cocinarlas, soltarán vapor y perderán sabor. Si no queda más remedio porque vienen muy sucias, pásalas brevemente por el grifo y sécalas con cuidado.
- Cuando vayas a cocinar, calienta una cocotte o una olla baja y ancha con tapa. En cuanto esté bien caliente, añade un hilo de aceite de oliva y coloca los contramuslos con la piel hacia abajo.
- Fríelos a fuego medio durante unos 10 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando, hasta que queden bien dorados. Después, retíralos y resérvalos en un plato.
- En esa misma olla, añade una nuez de mantequilla y, cuando se funda, incorpora las chalotas bien picadas. Sofríelas a fuego lento durante unos 5 minutos, removiendo constantemente para que se ablanden y absorban los jugos del fondo. A continuación, añade las morillas y rehógalas durante 5 minutos más para que cojan sabor.
Acabado y presentación
- Coloca los trozos de pollo de nuevo en la olla, con la piel hacia arriba. Sube el fuego y vierte el cava, dejando que reduzca hasta un tercio de su volumen.
- En ese punto, incorpora la nata líquida, reservando unas 8 cucharadas en un vaso aparte. Tapa parcialmente la olla y deja cocer el pollo durante 20 minutos a fuego medio.
- Pasado ese tiempo, destapa, rectifica de sal y, justo antes de servir, bate las yemas de huevo junto con la nata reservada. Fuera del fuego, vierte esta mezcla en forma de hilo sobre la salsa, moviendo suavemente la olla con un vaivén para que se integre y adquiera una textura untuosa y apetecible.
- Si ves que la salsa queda demasiado espesa, alígérala con un poco de caldo o agua caliente hasta que tenga la consistencia deseada.