Si tu nevera pita aunque esté cerrada, lo más probable es que te esté avisando de que algo no va bien. Este pitido, lejos de ser una avería, suele ser una función de seguridad o aviso del propio frigorífico: una puerta mal cerrada, una temperatura fuera de rango o incluso un fallo en el sensor.
La buena noticia es que en la mayoría de los casos es fácil de identificar y solucionar. Con una pequeña revisión, podrás detectar el origen del sonido y apagarlo sin complicaciones.
¿Por qué pita la nevera?
Aquí tienes las causas más habituales del pitido, aunque la nevera esté aparentemente cerrada:
- La puerta no está cerrando bien: aunque visualmente parezca cerrada, si la goma está sucia o mal ajustada, la puerta puede quedar ligeramente abierta. Esto activa el sistema de alerta acústica. Revisar bien el ajuste, especialmente si la puerta no cierra bien, puede evitar que el sistema detecte un fallo.
- Acumulación de hielo o escarcha: en modelos no frost o con descongelación automática, si algo impide la circulación del aire frío, el aparato puede emitir una señal de alerta. Verifica si hay acumulación en la parte trasera o en los conductos de ventilación.
- Temperatura interna demasiado alta: si la temperatura interior del frigorífico sube por encima del umbral óptimo, salta una alarma. Esto puede deberse a una carga excesiva, a introducir alimentos calientes o a un corte de luz reciente.
- El sensor está fallando: en algunos modelos, el sensor de puerta o de temperatura puede fallar, generando pitidos sin motivo aparente. Aunque menos frecuente, conviene tenerlo en cuenta si tras revisar todo el pitido persiste.
¿Cómo quitar el pitido de la nevera?
Si has identificado la causa del pitido, estos pasos pueden ayudarte a silenciarlo de forma segura:
1. Comprueba el cierre de la puerta
Abre y vuelve a cerrar la puerta asegurándote de que el sello encaje perfectamente. Puedes pasar la mano por el borde para verificar que no haya fugas de aire. Si notas resistencia o suciedad, es momento de limpiar las gomas de la nevera.
2. Ajusta o redistribuye el contenido
Evita que objetos grandes o mal colocados impidan el cierre. Una nevera sobrecargada o mal distribuida puede forzar las puertas o dificultar el enfriamiento. Mantener el interior ordenado ayuda a evitar este tipo de fallos y mejora el rendimiento general.
3. Verifica la temperatura
Consulta en el display o con un termómetro de frigorífico si la temperatura está dentro de los valores correctos (aprox. 4 ºC en refrigerador). Si está alta, dale tiempo para estabilizarse tras abrir la puerta o después de introducir comida caliente.
4. Reinicia el frigorífico
Desconecta el aparato durante 1 o 2 minutos y vuelve a enchufarlo. Esto puede resetear el sistema electrónico y eliminar alertas persistentes que no correspondan a un fallo real.
5. Consulta el manual de usuario
Cada modelo puede tener particularidades. En el manual encontrarás indicaciones específicas sobre códigos de error acústico o cómo silenciar alarmas temporalmente.
Un pitido que te avisa, no te alarma
Cuando la nevera pita estando cerrada, no siempre significa que algo esté roto. En la mayoría de los casos, se trata de avisos para que actúes a tiempo y evites problemas mayores: desde una puerta mal cerrada hasta un simple reajuste de temperatura.
Mantener el frigorífico en buen estado, con las gomas limpias, bien organizado y con un modelo adecuado a tu rutina, ayuda a prevenir estos avisos. Y si estás pensando en renovar tu electrodoméstico, los frigoríficos Beko ofrecen soluciones inteligentes que facilitan el día a día y te ayudan a mantener el control fácilmente. Si no sabes por dónde empezar, puedes consultar esta guía para elegir tu frigorífico ideal según tus necesidades.