Meter la ropa en la lavadora y esperar unos minutos hasta sacarla limpia, es una acción de lo más común y fácil hoy en día. Pero no siempre ha sido así; la tecnología ha permitido su gran evolución. Durante muchos años el proceso de lavado de ropa ha sido muy diferente al que conocemos actualmente… sigue leyendo para descubrir cómo ha evolucionado esta tarea del hogar y todas sus curiosidades.
Las manos como herramienta de lavado
La lavadora está en nuestros hogares desde hace ya décadas, pero no es hasta los años 60 que este electrodoméstico es funcional y accesible para el lavado de ropa. Si nos remontamos años atrás, el proceso tradicional de lavado se practicaba en el río, el arroyo o la zona de agua más cercana. La herramienta principal eran las manos, se sumergían las prendas y se frotaban en una tabla o bien en una piedra para quitar la suciedad. Seguidamente, se dejaban secar en la orilla.
Posteriormente, se avanzó en esta técnica, y empezaron a aparecer los primeros lavaderos, instalaciones especializadas para el lavado de ropa. Concentraban el agua de los ríos cercanos en una pila y facilitaba que el proceso se pudiera llevar a cabo de forma más cómoda. Con el tiempo, estos espacios fueron evolucionando y se añadieron nuevos elementos como pilas individuales, grifos regulables, tendederos, entre otros.
De la lavadora manual al uso de la electricidad
Como bien puedes imaginar, lavar toda la colada manualmente, no resultaba una tarea precisamente sencilla, debido a la cantidad de tiempo y esfuerzo que requería. Las primeras lavadoras aparecieron a finales del siglo XVII en Inglaterra. Éstas eran manuales y el tambor tenía que ser activado con una manivela o pedal. Sin duda, estos electrodomésticos en sus inicios eran muy distintos a la actualidad, sin embargo, las mejoras fueron constantes.
Las primeras lavadoras automáticas funcionaban a vapor, pero en 1938 una empresa de electrodomésticos estadounidense patentó el primer modelo de lavadora con motor eléctrico. Este modelo fue seguido de numerosas innovaciones como el centrifugado o el cajetín del detergente, elementos integrados naturalmente en las lavadoras que tenemos en nuestros hogares.
La lavadora en los hogares
Con la modernización de este electrodoméstico también lo hicieron los lavanderos, hoy conocidos como lavanderías. No solo ha habido una evolución del electrodoméstico de lavado, sino que a lo largo de la historia se ha ido innovando en todo el proceso, como en los jabones, detergentes y suavizantes empleados, u otros electrodomésticos complementarios para la colada, como la secadora.
Este electrodoméstico es para muchos indispensable en el hogar. Además, de acuerdo con el estudio ‘‘Hábitos sostenibles en la cocina en España’’, elaborado por Beko, el electrodoméstico del hogar que los usuarios perciben que más ha evolucionado en el tiempo es precisamente la lavadora (30% de los encuestados).
Además, cabe destacar que las lavadoras incorporan a día de hoy una gran cantidad de mejoras, como programas de ahorro de energía, e incluso se pueden personalizar sus funcionalidades y diseño al gusto del consumidor. Aunque las lavadoras estén tecnológicamente muy avanzadas, estamos seguros de la innovación en este ámbito seguirá trayendo a nuestros hogares nuevas funcionalidades que incluirán mejoras en la conectividad y funcionalidad de acuerdo con los nuevos hábitos y necesidades del consumidor.